Volvemos a la historia de Elon Musk y su asistente personal. Lo habíamos dejado en que, después de dejarse los cuernos por él durante años, le había pedido un aumento de sueldo.
¿Y qué le contestó?
"Tómate un par de semanas de vacaciones. Voy a valorarlo."
Supongo que se debió quedar más descolocada que un pulpo en un garaje. Y eso sólo fue el principio.
Porque a su vuelta la despidió.
¡Booooom!
Hay quien dice que vio que no era tan indispensable como pensaba y que podía seguir sin ella.
Pero Elon explicó que simplemente se dió cuenta de que la relación ya no iba a funcionar tras doce años de colaboración. Eso sin contar con que, a medida que la complejidad de la empresa crecía, el puesto requería varios especialistas en vez de un único asistente, por muy bueno que fuese.
Tampoco es que la chutase sin más. Por lo visto le ofreció otro puesto con el mismo sueldo, pero ella lo rechazó. Supongo que el orgullo y eso.
Pero vamos, que yo creo que en esa situación, de cada millón de personas una tendría una reacción parecida a Musk.
Volvamos con Tony Stark. En la peli Los Vengadores hay un momento de enfrentamiento dialéctico entre él y el Capitán América.
El tono de la discusión va in crescendo hasta que el capi le acaba diciendo: "Muy fuerte con esa armadura... Pero sin ella dime qué eres".
Y Tony le contesta: "Genio, millonario, playboy, filántropo".
La Viuda Negra, espectadora de excepción, ladea la cabeza, asintiendo con expresión de "La has clavao, Tony".
Pues Elon Musk encaja bastante bien en esa descripción. Es el exponente máximo del efecto Michael Jordan: talento, trabajo y convicción.
Que es un genio creo que nadie lo discute. Un visionario. Un valiente.
Que trabaja mucho debe ser verdad. En alguna entrevista ha dicho que trabajaba entre 80 y 100 horas semanales.
Y que tiene convicción... pues también. Por ejemplo, dejó su doctorado para montar su primera empresa, que acabó vendiendo por 307 millones.
Hoy es el hombre más rico del mundo y sigue sorprendiendo con sus proyectos poco convencionales.
Paypal, Tesla, SpaceX, Solar City, Neuralink y The Boring Company. Igual me dejo alguna.
Muchos dicen que parte de su éxito está en su Asperger, que afecta a las relaciones interpersonales, dificulta valorar ciertas situaciones de acuerdo a cánones sociales y puede llevarte tanto a grandes éxitos como a grandes fracasos.
Sin ir más lejos, no hace mucho retó a Vladimir Putin a un combate cara a cara para solucionar lo de Ucrania. Parece una broma, pero él jura y rejura que lo decía en serio.
Y ahora compra Twitter. Si es que no para.
La historia de Musk y Twitter viene de largo.
Para empezar siempre estuvo en el ojo del huracán por sus tweets y por su poder para influir en el mercado. De hecho, el regulador de EEUU lo estaba investigando por algún tweet que podía mover la cotización de Tesla justo antes de que él y su hermano vendieran 21.000 millones en acciones de la compañía. 21.000 millones.
Pero la noticia de la compra de Twitter se empezó a fraguar hace poco, a finales de marzo.
Primero, con un tweet de Mr. Musk en el que decía que Twitter socavaba la democracia al no adherirse a los principios básicos de la libertad de expresión.
Después, con este otro tweet donde manifestaba estar pensando en una red social con un algoritmo abierto en la que primase la libertad de expresión.
Todo el mundo pensó en aquel momento que hablaba de otra red social, pero, ya en abril, se supo que había comprado el 9.2% de las acciones. Esto lo convertía en el mayor accionista individual de la empresa.
Pocos días después llegó el anuncio de la OPA de casi 44.000 millones de dólares por el total de las acciones de Twitter.
Nervios en la empresa, que acaba poniendo en marcha medidas (poison pill) para protegerse y diluir a Musk en el caso de que su OPA tire adelante.
Pero finalmente, después de remolonear, Twitter acepta la oferta de compra.
¿Y cómo se paga esto? Porque Elon tiene mucho dinero, pero para conseguir 44.000 millones de dólares hay que ser bueno jugando al Tetris. Comentaban que iría así:
- 13.000 millones en créditos garantizados por sus acciones de Twitter.
- 12.500 millones en créditos garantizados por sus acciones de Tesla.
- Le faltan 21.000 millones, que tendrá que conseguir por otras vías de financiación.
Imagínate que Tesla o Twitter se van abajo por lo que sea. Vaya marrón, ¿no?
¿Y qué intenciones tiene Musk para el futuro? Pues esto es lo que dijo tras el anuncio de la compra:
"La libertad de expresión es la base para una democracia que funcione y Twitter es la plaza pública digital donde se debaten asuntos vitales para el futuro de la humanidad.
También quiero que Twitter sea mejor que nunca, mejorando el producto con nuevas funciones, haciendo que los algoritmos sean de código abierto para aumentar la confianza, expulsando a los bots y autenticando a todas las personas.
Twitter tiene un enorme potencial. Esperamos trabajar con la empresa y la comunidad de usuarios para desbloquearlo.
Espero que incluso mis peores críticos permanezcan en Twitter, porque eso es lo que significa la libertad de expresión."
Como declaración de intenciones no está mal. Pero... ¿realmente es la libertad de expresión el principal driver de esta operación?
Y en el caso de que lo sea, piensa que aumentar la libertad de expresión choca frontalmente con los intereses de los anunciantes (la principal fuente de financiación de Twitter), que piden un mayor control de lo que dicen los usuarios para que no empañen su imagen de marca.
Esto engancha mucho con un par de tweets de Musk, anteriores a la OPA, en los que hablaba de eliminar la publicidad y pasar a un modelo de suscripción de pago.
Después borró esos tweets, pero la idea era que los suscriptores (personas reales con DNI y tarjeta de crédito) tuvieran la marca de cuenta verificada, cosa que los haría menos "valientes" para difamar al perder el anonimato.
En resumen, menos bots, menos spam, más usuarios reales, más libertad de expresión, pago por participar y menos dependencia de los anunciantes.
¿Borró estos tweets porque se pasó de frenada o realmente es lo que tiene pensado para la compañía? Toda una incógnita, sabiendo cómo las gasta Elon Musk.
El tiempo dirá...